I hui, què em contes?

 

LOS VIEJOS REFRANES

 

(Gianni Rodari. Cuentos del genio de la fantasía. Ed. La Galera)

  

En una ciudad, cuya historia os contaré algún día, describiéndoos, además, sus usos y costumbres, hay un edificio tranquilo, un poco apartado. Es el asilo de los Viejos Refranes, donde se han retirado a descansar, precisamente, los Viejos Refranes que un día fueron jóvenes y exactos, pero que ahora ya nadie quiere escuchar. ¿A descansar? Mejor debería decir a charlar y a discutir interminablemente.

 

- El que asno nace, asno muere - sentencia un Viejo Refrán.

- ¡Qué va! - rebanten los que escuchan -. ¿Y si estudia? ¿ Y si se sacrifica y trabaja? Todo el mundo puede superarse.

- Quien no se contenta, es porque no quiere - interviene otro Viejo Refrán.

- ¿Qué dices? - le rebaten- . Si los hombres se hubieran contentado co ser como eran, aún vivirían en los árboles, como los monos.

- ¡Quien bien te quiere, te hará llorar! - grita alguien.

 

En ese momento pasa el doctor, que también es un Viejo Refrán, y dice:

- Si, lágrimas de cocodrilo. Sin embargo, la unión hace la fuerza.

 

Los Viejos Refranes callan un momento. Después el más viejo vuelve a empezar:

- ¡Quien quiere la paz, prepara la guerra!

 

Los enfermeros lo oyen y le hacen tomar una manzanilla para que se calme, y le explican con buenas maneras que dos no se pelean si uno quiere.

Otro Viejo refrán va diciendo:

 

- En su casa, cada uno es rey.

- Entonces - le preguntan-, si es rey, ¿por qué tiene que pagar los impuestos? ¿Y la luz? ¿Y el gas? ¡Vaya un rey!

 

Como veis, los Viejos Refranes, cuando hablan entre ellos, también dicen cosas sensatas, pero solo cuando discuten. En fin, que su especilidad es decir cada uno lo contrario del otro.

- ¡En el bote más pequeño está la miel más dulce! - dice uno. En inmediatamente contesta otro:

- ¡Y el veneno más mortal!

 

A veces dan lástima. No se han dado cuenta de que el mundo cambia, que los Viejos Refranes ya no bastan para seguir adelante; que hace falta gente nueva, con coraje, que tenga confianza en su fuerza y en su inteligencia. Como vosotros.